La soprano se presentó junto al tenor Yusif Eyvazov y al director Jader Bignamini en un concierto inolvidable
FOTO: GRAN TEATRO NACIONAL
Una nota de nuestro amable colaborador
JOSÉ VILLAGARCÍA
La fantástica soprano rusa Anna Netrebko, considerada la diva absoluta del siglo XXI, dio un histórico concierto en Lima el 9 de agosto en el Gran Teatro Nacional junto a su esposo, el tenor azerbaiyano Yusif Eyvazov y el director italiano Jader Bignamini durante el tour sudamericano que los llevará a escenarios de Santiago, São Paulo y Buenos Aires. El maestro Jader Bignamini tuvo bajo su batuta a la Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil Bicentenario.
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El concierto empezó con el brindis de La traviata de Giuseppe Verdi, como una invitación a la alegría que emanó por todo el teatro al ver en el primer escenario nacional a la mejor soprano de su generación. La orquesta se lució con la brillante interpretación de la obertura de la ópera La forza del destino de Verdi, estrenada en 1862 en el Teatro Bolshói Kámenny de San Petersburgo, luego Yusif Eyvazov interpretó Un di all'azzurro spazio de la ópera Andrea Chénier de Umberto Giordano.
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Anna Netrebko trabajaba en el Teatro Mariinski de San Petersburgo, otrora Bolshói, hasta que fue descubierta por el director Valery Gergiev quien la hizo debutar como Susana en Las bodas de Fígaro de Mozart. Como azar del destino, San Petersburgo acogió a Verdi en el estreno de su ópera y vio cómo en el Mariinski nacía una de sus hijas musicales predilectas. Anna Netrebko regaló a Lima una magnífica versión de Pace, pace mio Dio, aria de Leonora, trágica heroína de Verdi que encarnará en marzo cuando haga su debut en La forza del destino en el Royal Opera House.
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Yusif Eyvazof continuó con Oh! fede negar potessi… Quando le sere al placido de Luisa Miller de Verdi. Anna regresó para encadilar a todo el teatro regalando besos a todos los pisos cantando Il bacio de Luigi Arditi. La orquesta interpretó el Intermezzo de Cavalleria rusticana de Pietro Mascagni para dar paso a Vogliatemi bene, dúo entre Cio Cio San y Pinkerton de Madama Butterfly de Giacomo Puccini, donde ambos cantantes cerraron la primera parte del concierto.
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La segunda parte comenzó con Tu che m’hai preso il cor de El país de las sonrisas de Franz Lehár, Netrebko interpretó Když mne stará matka de las Canciones gitanas de Antonín Dvořák, la orquesta continuó con el preludio de la ópera Carmen de Georges Bizet, de Tosca de Puccini interpretaron Vissi d’arte de Floria Tosca y E lucevan le stelle de Mario Cavaradossi, Netrebko brilló con Heia, heia in den Bergen de La princesa gitana de Emmerich Kálmán, Eyvazof cantó Granada de Agustín Lara, siguió el Intermezzo de Manon Lescaut de Puccini para finalizar con el imponente dúo verista Vicino a te de Andrea Chénier, tras el cual el Gran Teatro Nacional prorrumpió en intensos aplausos.
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La ovación hizo regresar al escenario a la diva, quien rosa en mano deslumbró a la audiencia al cantar su sentida O mio babbino caro, un emocionado Yusif Eyvazov brindó su versión de Nessun Dorma, la pareja regresó ante un público extasiado para un último regalo: la celebérrima O sole mio. Realmente fue una noche mágica la que se vivió en el Gran Teatro Nacional.
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Cabe destacar la presentación de la Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil Bicentenario, la cual recibió muchos aplausos espontáneos y entusiastas, que evidenció el alto nivel que este Elenco Nacional ha logrado conseguir en el Perú.
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