Una conversación con el pianista y director sobre el Concierto para Piano Nº 3 de Beethoven que tocaron en el Gran Teatro Nacional
UNA NOTA DE NUESTRO AMABLE COLABORADOR
José Villagarcía (Tano Factótum)
La Orquesta Sinfónica Nacional presentó el tercer programa de su temporada anual. El programa estuvo formado por el Concierto para piano N° 3 de Ludwig van Beethoven y la Sexta Sinfonía de Piotr Ilich Tchaikovsky, también conocida como Patética.
La noche del viernes 8 de marzo, el Gran Teatro Nacional con todas las localidades agotadas, disfrutó del programa especial. En esta oportunidad el director invitado fue el maestro italiano Matteo Pagliari, quien fuera director titular de la OSN en la temporada 2009 - 2010, el pianista italiano Filippo Gamba acompañó a la orquesta con el concierto de Beethoven.
Tras el concierto pudimos conversar con los artistas italianos quienes amablemente respondieron a nuestras preguntas.
Filippo Gamba - Pianista
¿El Concierto para piano es especial para usted?
Fue la primera obra que toqué junto a una orquesta, cuando tenía 20 años. Tengo recuerdos muy lindos de esta obra. La he tocado en concursos, es una obra que me gusta mucho.
¿Qué le pareció trabajar con la Orquesta Sinfónica Nacional?
Ah, fantástico, el nivel es altísimo. Se compactaron, son músicos verdaderos, no hay que preocuparse, todo funciona del otro lado. Esto te da una seguridad, una tranquilidad y puedes hacer lo que quieres, no te preocupas por los cellos o maderas. Fue una conexión estupenda.
Matteo Pagliari - Director
Otra invitación más de la Orquesta Sinfónica, ¿cómo fue esta nueva experiencia?
Hice mi primer concierto con la Orquesta Sinfónica el 30 de mayo de 2009, entonces ¡ya es casi un aniversario! Con los años la orquesta ha madurado muchísimo, y a la vez ha madurado mucho nuestra relación, tanto profesional como humana. Cada vez que vuelvo a dirigirlos, es una experiencia muy enriquecedora y llegamos a cada concierto llenos de entusiasmo y expectativa. Finalmente se ha creado una relación de estima y confianza recíproca que hace que cada ensayo, cada proyecto que compartimos, sean llenos de energía: no obstante el trabajo inflexible, veo en los músicos el deseo de volver a ensayar, y esto me llena de alegría.
Beethoven compuso el concierto clásico en 1900, 93 años después Tchaikovsky hizo lo mismo ya en el periodo romántico. ¿Cuál es la importancia que la OSN interprete dos piezas de dos periodos distintos de la historia de la música?
Estamos hablando de dos obras maestras, de dos grandes autores, que nos han dejado una cantidad de música entre la que es difícil elegir. Beethoven es reconocido como el compositor que ha llevado la historia de la música desde el clasicismo al romanticismo, y justamente el Tercer Concierto es una obra que ya, por así decirlo, tiene un pie hacia lo romántico. Se reconocen evidentemente todas las características del estilo clásico, sobretodo compositiva y técnicamente hablando, pero el carácter de la obra ya nos deja ver lo que serán las conquistas futuras. Si solo nos concentramos en el maravilloso Largo, es imposible no ver cómo Beethoven mira hacia adelante. Con Tchaikovsky ya estamos en la fase que comúnmente se llama tardo romanticismo, no obstante su estilo como compositor debe mucho a la tradición alemana (a Brahms en especial manera), tanto que en algún momento se le puso el apodo de “alemanito”. En particular manera, la Patética tiene un peso emocional y una historia por detrás que la convierten en una de las obras en absoluto más significativas de todo el repertorio sinfónico.
El mayor reto de una orquesta, al interpretar dos obras tan distintas (y distantes) es individuar, sobretodo en el caso de Beethoven, un estilo correcto que deje pasar de manera muy limpia y clara el mensaje del compositor, lo que a veces se pierde, hasta hoy en día, en tradiciones y equivocaciones interpretativas que vienen de muchos años atrás, cuando todavía no se habían empezado las investigaciones musicológicas, que nos han ayudado a entender, no solo en el caso de Beethoven, sino también por todo el repertorio barroco y clásico, una forma de tocar que solo hace cuarenta, cincuenta años era casi totalmente desconocida; para no hablar de la cantidad de errores en las partituras, que felizmente se han podido limpiar gracias al gran trabajo de edición, reedición e investigación sobre manuscritos, primeras ediciones, etc.
¿Cómo está formada la orquestación de ambas obras?
La orquestación del Tercer Concierto de Beethoven es la misma que podemos encontrar en casi todas sus sinfonías, así como en muchas de las sinfonías de Mozart. La orquestación de Tchaikovsky, no obstante su lenguaje es ya muy avanzado, es de hecho una orquestación todavía clásica, no en el sentido de “periodo clásico”, quiero decir que no es muy distinta de la orquestación de las sinfonías de Brahms, y, de hecho, ni de la Novena de Beethoven, que es casi setenta años precedente. Son otros los autores que marcan una revolución, si se me pasa la palabra, no solo en términos de estilo sino también en términos de orquestación, por ejemplo Strauss, Mahler, Wagner, Shostakóvich. Por esto hablo de orquestación clásica en el caso de Tchaikovsky.
Hasta ahora, personalmente, he dirigido todos los conciertos de Beethoven y todas sus sinfonías, con exclusión de la Novena, espero completar el ciclo, y de Tchaikovsky sólo me faltan las dos primeras sinfonías. Pero tengo tiempo, así que espero poder seguir homenajeando a uno de mis autores favoritos, dirigiendo toda su música.
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BEETHOVEN & TCHAIKOVSKY
Programa III - Temporada 2019
Orquesta Sinfónica Nacional
Matteo Pagliari, director
Filippo Gamba, pianista
Concierto para piano N° 3 de Ludwig van Beethoven
I. Allegro con brio
II. Largo
III. Rondo. Allegro - Presto
Sexta Sinfonía de Piotr Ilich Tchaikovsky
I. Adagio - Allegro non troppo
II. Allegro con grazia
III. Allegro molto vivace
IV. Adagio lamentoso.