Conoce el sentido del humor de uno de los compositores más influyentes del siglo 20
La vida entera de Erik Satie - nacido un 17 de mayo de 1866 en Honfleur (Calvados, Francia) - estuvo llena de anécdotas. Casi todas sus conversaciones, muchas de sus cartas y buena parte de su música estaban cargadas de ironía y humor fino.
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Tres Piezas en forma de pera
Se dice que debido a las críticas que le hiciera Claude Debussy por el poco apego a las formas musicales tradicionales que demostraba en sus obras, Satie, irónicamente, le dedicó: Trois pieces en forme de poire (Tres piezas en forma de pera).
La Sonata Burocrática
Lo cierto es que tras publicar su primer obra en 1887 - que presentó como Opus 62 (es decir, como su obra Número 62) - Satie comenzó a poner títulos humorísticos a sus obras como: Sonata burocrática, Vestido de Caballo, Verdaderos preludios flácidos (para un perro), Capítulos vueltos en todos sentidos, Croquis y detalles de un gran buen hombre de madera, Descripciones automáticas, Embriones disecados, Pequeños propósitos infantiles (Canto Guerrero del Rey de los Frijoles / Lo que dice la Princesa de los Tulipanes / Valse del Chocolate con Almendras), Pecadillos inoportunos (Ser celoso de un camarada que tiene cabeza grande / Comerle su bizcocho / Aprovechar de que tiene juanetes para tomarle su aro), Horas securales e instantáneas (Obstáculos venenosos, Crepúsculo matinal del mediodía, Volubilidades gratíticas), Piezas Frías, Aires para hacer escapar, Vistazos desagradables, Danzas atravesadas, Preludio en tapicería, Viejos cequines y viejas corazas, entre otros ocurrentes títulos.
Tres Gimnopedias, su obra más conocida