Martha Mifflin y la familia de Radio Filarmonía realizaron un emotivo paseo de despedida por Barranco
La familia de Radio Filarmonía en el Tranvía del Recuerdo de Barranco
Ya nos vamos de Barranco. Sentimos una gran pena, no sólo porque dejamos la linda casona que nos ha albergado desde el año 2002, sino porque nos vamos de Barranco, y ya no podremos ver todos los días las calles de este bello distrito que a muchos nos trae recuerdos imperecederos y a otros les encanta, simplemente porque es Barranco…
Nunca te olvidaremos Barranco y no dejaremos de volver pues a Barranco siempre se vuelve !
Por eso ayer el último jueves por la mañana Martha quiso darnos una sorpresa y de veras que nos sorprendió y de qué curiosa y singular manera… Nos esperaba en la calle, al frente de nuestra oficina, el único tranvía que queda en Lima, nos embarcamos en él e hicimos el “larguísimo” trayecto de cuatro cuadras que media entre nuestra casona y el Parque Municipal. Para algunos (y ustedes comprenderán por qué…) fue revivir recuerdos imborrables de cuando el tranvía era el principal medio de transporte en Lima en sus diversas rutas. Daniel Alejos recordó incluso que su papá fue motorista de la línea La Punta - Plaza Unión – Cinco Esquinas; César Terrones tomaba el tranvía de la ruta Alameda de los Descalzos – Plaza San Martín – San Miguel para ir al colegio que quedaba en la calle Virreyna (cuadra 4 del Jr. Huallaga); yo tomaba el “acoplado” de la línea Chorrillos – Plaza San Martín que recorría Barranco, Miraflores, San Isidro, Lince… en el cual me iba a los ensayos en el Coro de la A.A.A. en el Jirón Ica, al que llegaba caminando a lo largo del entonces “elegantísimo” Jirón de la Unión para doblar en la esquina donde estaba la exclusiva Casa Welsch donde muchas veces entré para visitar a mi tío Hans que me enseñaba las maravillas en porcelanas y cristales que llegaban de Europa… Qué recuerdos de nuestros ensayos en el Coro donde nos conocimos Martha y yo, del cafecito de Guillermo y sus deliciosos “sánguches” de asado con café con leche y sus chilcanos de guinda. Mientras esperábamos la hora del ensayo con nuestra querida directora Jean Tarnawiecki, alternábamos con los grandes actores del momento: el maestro Ricardo Roca Rey, Luis Alvarez, Ricardo Blume, Saby Kamalich, Carlos Tuccio, Jorge Montoro (recuerdan la publicidad “agua pa’ti…agua pa’mí?); los amigos del ballet, los experimentados taurófilos que sesionaba en el salón contiguo al café…
Qué maravilla ver qué lindos eran los tranvías, cuán elegantes, los asientos forrados en cuero, el personal tan bien uniformado, limpio y educado, los blocs de boletos largos y de todos los colores en la mano del cobrador… Pues bien, ayer revivimos esos momentos mezclando recuerdos y vivencias de nuestra querida y hermosa casa barranquina que ahora debemos dejar. Llegamos hasta el Parque Municipal (recuerdan los inolvidables bailes de Carnaval? El Infantil, el Juvenil, el Tradicional?) y nos sentamos en el Starbucks para tomar un capuchino (con su “sánguche más…). El alcalde Mezarina quiso venir a darnos la despedida pero al final no pudo y nos envió una pequeña delegación. Qué bonito gesto!
Regresamos a la casa en el tranvía, sintiéndonos felices de que muchos vivieran por primera vez la experiencia y otros la recordáramos, precisamente cuando ya nos vamos. No importa, algún día volveremos a Barranco y a partir de la próxima semana pensaremos en lo bien que vamos a estar en la Mezzanine del Ministerio de Cultura, junto al Gran Teatro Nacional, casi al lado de la Biblioteca Nacional. Una nueva etapa que se abre para Radio Filarmonía en la que seguiremos brindando al público la música más bella, apoyando el desarrollo cultural de la población.
Grete Arce Helberg
Relaciones Públicas
Radio Filarmonía.